Time Management

En la sociedad de hoy en día, tener la agenda llena es una señal de tener una vida plena. Pero ¿cómo aprovechamos el tiempo? Lo cierto es que los “pings, ginds y ring” de los móviles y dispositivos nos incitan para responder en el momento a tareas que son consideradas menores, desplazando trabajos más prioritarios o importantes.

La gestión del tiempo no se trata de hacer malabarismos y organizarte para hacer el mayor número de tareas posibles, sino de tomar decisiones inteligentes y con un propósito. Es importante aprovechar los momentos del día en los que más energía tienes para ser lo más productivo posible. Para ello, observar tu reloj biológico puede ayudar a entender mejor como funciona tu cuerpo y a “surfear tus ondas de energía”. Enfócate en esos momentos en las tareas más importantes y que requieren una mayor concentración y análisis, y deja para los momentos de bajón tareas más rutinarias y de control, ya en caso contrario solo perderás tiempo y potencialmente cometerás errores. Tomate un descanso refréscate y aborda esas tareas de rutina.También conseguir derrotar a las distracciones, como puede ser la de dispositivos digitales, o superar la presión del tiempo, desarrollando hábitos saludables de trabajo.

A la hora de establecer una estrategia para gestionar mejor tu tiempo, puede ayudarte el establecerte objetivos principales y priorizándolos. Ponte horarios de trabajo pensando en los bajones y subidones de energía a lo largo del día. Muchas personas experimentan un bajón de energía a principios de la tarde, pero acaba tornándose en una subida de energía al anochecer. Este rebote de la tarde-noche puede ser un buen momento para hacer trabajos importantes pero que no requieren alto grado de precisión.

Otro aspecto fundamental es saber cuales son tus mayores distracciones a la hora de trabajar: dispositivos digitales, ruidos en el lugar de trabajo, conversaciones o interrupciones de compañeros… Establecerse tiempo para realizar esas tareas es crucial para ser lo más productivo posible (un horario para coger el móvil, para descansos y tener conversaciones o resolver dudas, etc.)

También es importante entender que no hay que estar muchas horas trabajando. Está demostrado que la mayoría de las personas alcanzan de máximo entre 35 y 40 horas de producción a la semana. Además, entender en que horas tu equipo de trabajo funciona mejor es vital para ser más eficiente. Las personas búho, por ejemplo, tienen sus horas punta de energía a la noche, costándoles más empezar el día. Si administras un equipo “búho” no es inteligente cargar la mañana con reuniones, ni establecer plazos y horarios poco flexibles para las tareas. Se es más productivo cuando se toman decisiones estratégicas sobre como y cuando trabajar y descubrimos maneras de hacer las tareas de forma más eficiente.

Los equipos en los que el líder trabaja muchas horas fuera del horario laboral y los fines de semana y envía correos a altas horas, todo el equipo promedia 25 minutos menos de sueño por noche. Es por ello que es importante no enviar correos o notificaciones los fines de semana. Aunque se envíe en esa fecha, prográmalo para que se envía a primera hora del lunes.

Por último, en los equipos es importante eliminar las tareas, procesos o momentos que no aportan valor. Son llamados sumideros de tiempo:

  • Malos procesos: Métodos de trabajo ineficientes, derrochadores u obsoletos.
  • Relaciones ineficaces: Problemas de comunicación, falta de claridad o rivalidades
  • Trabajos de poco valor: Tarea que apenas se usa, no tiene valor o está vinculado a una parte obsoleta del negocio.

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